jueves, 6 de marzo de 2014

Quizás

Quizás,
no sé cuán largo sea el camino.
Quizás,
más amplio que mi destino.
Quizás,
cuando esto leas no haya más que vacío.

Vacío…
vacío provocado…
vacío natural,
orgullo herido,
inconsciencia infinita.

Abuelos ateridos por el frío de la ignorancia,
nietos huérfanos de las tragedias y comedias de sus ancestros.

Quizás,
quizás entonces,
otra abuela ignorada, menospreciada,
entre sus achaques,
pueda entender la crueldad de sus actos.

Quizás,
cuando sea olvido,
puedas entender lo mucho que te he querido.
Quizás entonces,
cuando Cronos haya borrado mi nombre de la faz de los vivos,

puedas comprender el daño que nos has infringido.

sábado, 19 de mayo de 2012

Ansiedad

Érase un hombre a una pantalla pegado.
Un hombre vulgar pero subyugado por las historias que en aquella pantalla leía.

-Piensa chiquillo. -Se decía.
-¿Qué has de hacer del resto de tu pobre vida?
-Tus grandezas son miserias, tus verdades son mentiras.

Y pensaba y seguía pensando.
Y leía y seguía leyendo.
Buscaba nuevas historias.
Y volvía a regurgitar los pensamientos.
Hasta humaredas salían de su blanca pelambrera.
Una mitad de esas humaredas era debida a la incesante masacre de cigarrillos,
la otra mitad era producto del humo del continuo quemar de varitas de incienso.

-¡Quiero volver a vivir el pasado! - Se decía.
- Eso no es posible! - Le apuntaba una voz interior.

Pero nuestro hombre se obstinaba. Y seguía maquinando.
Andaba y desandaba mil veces el camino según fuera viendo noticias de otros hombres o mujeres en este mismo trance, de las advertencias de los amigos o de los consejos de los enemigos.

La decisión era dura, el camino largo, las posibilidades de éxito se tornaban mínimas.

-Piensa chiquillo, ¿qué has de hacer con tu pobre existencia?. El tiempo aprieta, la Parca llama.

El alborear del día sorprende sus pensamientos y el largo ayuno de sueño y los efluvios evanescentes del alcohol hacen el resto.

El hombre a una pantalla pegado reposa su pesada carga justo a los pies de su  pantalla amada.

Y sueña. Sueña cosas muy raras: monstruos, hadas, brujas, princesas, castillos y ciénagas se mezclan en ellos. Todo se vuelve confuso y cuando se prevé próxima solución... una mala postura y el exceso de líquido ingerido le hacen desperezarse de ese confuso sueño.

Con paso cansino, rutinario, se dirige hacia el lugar donde aliviará sus penas.

Concluida  su relajación se desploma en una de las camas de sus cuartos. Nuevos sueños.

Vuelven a aparecer los monstruos, las hadas buenas, las brujas malas, las princesas, los castillos, los lupanares, el mundo al fin.

Y sueña y sueña. Malditos sueños.

-¡Pepe, ya llegan los niños. Es la hora. -Intenta volverle al mundo real su mujer.

¡Y comienza un nuevo día!

sábado, 28 de abril de 2012

Recuerdos de otoño en Granada

Crujen las hojas.

Pasos inseguros, dubitativos, resuenan al atardecer.

Otoño.

Los álamos, señores de la ribera, fieles a su ciclo,
en su incesante desvestir,
vierten hojas por doquier.

Crujen las hojas,
los pasos aceleran su caminar

Primavera de deseos,
manos entrelazadas,
cuerpos retorcidos,
almas en éxtasis,
masas corporeas recostadas.

Una mancha roja destaca en la luz de la luna,
luna lunera,
lunerita de mi alma,
no.
No es la brasa del cigarrillo encendido,
es la enseña de tu inocencia,
la marca de tu voluntad entregada,
el inicio de una nueva senda,


tu cuerpo entregado.

Crujen las hojas,
dos bocas se juntan,
sopla el viento frío del norte,
las bocas despiden fuego.

De la falsa amistad

Me repugnan las mentiras,
los amigos de juerga y pandereta, 
los lacayos de la prepotencia, de las frases hechas, de la mentira.

Me repugnan muchas cosas
pero, sobre todas, la mentira.

Amigo, si eres mi amigo,¡nunca me engañes!
Dime la verdad en la cara.
Quizás no pueda soportarla.
Pero siempre será mejor que descubrir la maraña.

Amigo, o el que creía amigo, 
¡no me conoces.!
Soy hombre cabal y derecho.
Lanza en ristre y adarga al brazo lucho contra mis fantasmas.
Fantasmitas que nada tienen que ver contigo,
mucho con mis telarañas.

Dios nos libre de esas compañas,
compañeritas del alma.
Bastante tengo con ellas,
no añadas más pesar a las añadas.

¡Ay de ti si osas profanar el templo de mi verdad!
Mal haya quien en promesas de hombres fía.
Ten cuidado caminante que el camino lleno de rosas que auguras, 
espinas tiene bastantes.
Suficientes en número para frenar tus dislates,
y de sapiencia adecuada para desinflar el globo de arrumacos y contubernios con que aderezas tu estancia.

Amigo, o el que se llamaba mi amigo,
cambia el tercio.
Entiende que los que aquí andamos,
hemos andado larga distancia.
Que el cariño que te brindamos,
desprecio, transparencia, olvido, indiferencia, desaire, menosprecio...
pudieran volverse con igual facilidad y presteza.

Me repugnan las mentiras, 
los amigos de juerga y pandereta.
los lacayos de la ignorancia.

Amigo, o el que se llamaba mi amigo,
otea el horizonte y elige bien el camino.
Ya conoces a Machado:
"Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar"

lunes, 2 de abril de 2012

Silenciosa noche,
oscura y maloliente,
concubina de gente desposeída,
compañera de almas desesperadas y,
a su pesar,
ahítas de amor,
amores falsos que desgarran el alma.

Silenciosa noche
que orillas las calles
cual ola marinera y,
como ella,
presentas restos de mar adentro,
jirones de amores imposibles,
querencias  del sempiterno pasado.

Silenciosa noche,
de mil rumores engalanada,
portadora de fantásticas mentiras,
engatusadora de tibias mentes,
piélago  de sombras

¡Emerge de las penumbras!
Alborea las ocultas ideas y
 deja reposar a los muertos.

Silenciosa noche, noche silenciosa

domingo, 1 de abril de 2012

Fracaso

Olor de medianoche,
precursor de lindas alboradas.

Entre tanto, silencio.

Suspiros de amores perdidos,
esperanzas de mañanas lejanos.

Chiquilla ¡qué te quiero!
¡Vale! ¡Te dejo, me acuesto que tengo que levantarme temprano!

¡Ay mi niña! ¡Qué salero tiene!
Un besazo, ¡hasta mañana!

Y mañana no llega nunca,
mañana siempre es mañana,
...y otro mañana.

Y las mañanas se agotan.

Y las verdades no llegan nunca.

Mañanita mañanera, déjame ver tus enaguas,
tus blancas enaguas de verdades almidonadas,
tus transparentes enaguas de realidades repleta.

Mañanita mañanera,
sé bondadosa conmigo,
muéstrame el camino hacia la realidad de la vida.


sábado, 31 de marzo de 2012

Dualidad

No era yo, era el otro.
El otro me obligaba a ser yo
para poder vivir mi vida.
Las culpas eran del yo,
los éxitos del otro.

¡Maldito otro!

Pero yo no quiero ser el otro,
quiero ser yo.

¡Otro, márchate!
¡Déjame vivir mi yo!

Pero...
¡No te marches muy lejos!

Seguramente...
Mañana...
Volveré a necesitar del otro para engañar a mi yo.

Afortunada vida del otro.
Desgraciada vida del yo.