domingo, 10 de abril de 2011

Sol tibio.

Sol tibio de primavera que anuncias la nueva vida,
dorado sol del estío que afianzas la madurez de los frutos,
complaciente sol del otoño que ofreces el fruto de tu trabajo,
relajado sol del frío invierno que calientas nuestros pobres huesos y propones un nuevo renacer.


Ciclos continuos en los que comienzan y acaban nuestras aventuras.
Sueños de algunos, desgracias ecuménicas.


Quisiera contar que cuento un lindo cuento.
Pero, sólo logro hilvanar historias de tristes viejos que, achacosos, "tosedores" y encubridores de sueños cuentan, imaginan, sueñan.


Quisiera ser que quisiera, ¿qué quisiera ser yo?
las olas que van y vienen lamiendo tu tersa piel,
el sol que cada día descubre tu nuevo renacer,
la luna que cada noche viene a tu cama mecer...


Pero, tristemente, soy un triste mortal destinado a perecer.

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